Conócete a ti mismo... espera, respira, cuenta
hasta 23, sí ni un segundo más ni uno menos, 23. Es lo que según Albert
Espinosa tarda la sangre en recorrer el cuerpo humano.
Asegúrate con
esos 23 segundos que el riego sanguíneo ha pasado por todo tu cuerpo: por tu
cerebro, por tu estómago, por tu corazón... y ahora sí, volvamos a encontrarnos
aquí, para conocernos, para recordarnos, para comprendernos, para analizarnos,
para profundizar un poquito más en nosotros mismos; en definitiva, para
crearnos como parte de un todo...
Este blog
surge como actividad de un curso formativo y esto sería parte de una actividad
normal si no fuese porque soy yo la que escribe, la que comparte sus
reflexiones en él, alguien tímida, introvertida, que le cuesta horrores
expresar lo que piensa a través de medios digitales.
Y mientras
escribo, me viene a la mente recuerdos de mi abuela, sus manos blancas de
harina extendiendo con fuerza la masa para hacer roscos de aguardiente: ay mi
niña ¿por qué crees que dios, nos dio dos orejas y una boca? escucha dos veces
antes de hablar y no des tu opinión si no te la piden, no creas que lo que tú
tienes que decir es más importante que lo que tienen que decir lo demás,
escucha... y habla para aportar, para cambiar, para mejorar no para convencer.
30 años
después, creo que mi abuela necesitó un blog como este.
A veces me
pregunto si el gran problema de la sociedad actual en la falta de más abuelas,
o que todo el mundo tiene la necesidad de decir lo que piensa en primer lugar,
en todo momento y en todo lugar.
Hablamos,
contamos, comentamos, opinamos, expresamos, y creemos que debemos ser
escuchados, es nuestro gran derecho... y quizás el problema no esté en el
verbo sino en la intención.
Hablamos para
convencer y olvidamos escuchar para crecer.
Nadie valora
la escucha si no hay una respuesta verbal rápida, y la escucha, tal y como
yo la interpreto, es todo menos inmediata. Requiere un tiempo para recordar,
otro para comprender y enlazar lo escuchado, otro para analizar la intencionalidad
del mensaje, otro para valorar la forma y el fondo, las ideas, y entonces sí, estás preparada crear tu respuesta.
Pues de esto
va el curso, de Escuchar antes de Hablar, de poner atención a lo que tiene que
decir el alumnado, sus necesidades, sus propuestas, sus reflexiones, sus
intenciones... antes de instruir, implementar... enseñar.
Simple que no
sencillo:
DALE LA
VUELTA A TU CLASE!
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